G. Luna Pérez Gastón






“Soy un pintor viejo y un poeta recién nacido.”
Pablo Ruiz Picasso




Pasó ya el tiempo azul de arenques y sardinas,
la noche boca arriba, la vida al raso,
el burdel filosófico de aquellas señoritas lánguidas
que mostraban las axilas y la fruta
más la noble y compleja geometría de sus nalgas.
Pasó ya el tiempo negro del óleo sobre tabla,
del toro, la paloma, la madre de rodillas,
de besar la máscara imperfecta del rostro desnudo
y desmenuzar con los dedos, con avidez y con hambre,
los restos de la noche, los ritos, las promesas y la sangre.
Pasó ya el tiempo rosa de circos y abanicos,
de mujeres blancas que devoran aplausos y besos rotos.
El dolor, los platos, las vasijas, todo pasa y sin embargo,
hay un eco de música negra que aún resuena en el silencio del barro
y una danza prohibida que dejó sus huellas impresas
en la sustancia densa del abrazo y permanece.
Pasa el tiempo mi amor, el tiempo pasa y con él, su realismo se desvanece.